La pupila es esa pequeña mirilla a través de la cual contemplamos el mundo.
Con un afán indescriptible de inmortalizarlo, vertí la trementina sobre el aceite y sobre esta mezcla hice penetrar mi pincel hasta lo más profundo del color.
Allí, me esperaban el tiempo ... las ganas de querer.
Y lo hice.
Era pequeño, hirsuto, rebelde. Olía a barniz lejano ya en el tiempo. Sobre el lienzo esparcí maderas, cuerdas, sombras, formas y brillos con mi pincel. Allí estaba él.
Texto y lienzo: MaRía